El peine extraviado
Lo he buscado por todos lados. Bajo la alacena, tras la taza del water y bajo los muebles del salón, pero no lo he podido encontrar. ¿No será que, triste y abandonado, se arrojó mi peine por la terraza? No lo sé. Creo no debería preocuparme por tan ingrato hecho. Después de todo hoy mi pelo respira por fin de convencionalismos, de formas y estilos. Ah! nunca tanta independencia la de mis glándulas capilares! Alabo su frondosidad y he de respetarla. Ya no aceptaré trabajos de etiqueta. No usaré cascos, visceras o gorras de pescar. Incluso recomendaría no invitarme a cenar. No vaya a ser que vuestra madre pregunte si pienso dedicarme a la música. "No señora, amo la música pero a ella no me dedico. Sólo soy un extraño y afable hombre que una vez su peine extravió", le diré, dejando la puerta abierta tras de mí.
© 2007 Santiago Antúnez de Mayolo
8 comentarios
Yolanda -
Me estás diciendo que no tienes esa melena tuya característica. Ahora sólo falta que tambien me digas que te afeitaste por fin, y entonces ya me da algo. Con lo guapo que estabas tu con tu melena. Jajajaja, magnífico el texto, no me extraña que perdieras el peine, si no tienes pelo.....BESOS
Santiago -
un abrazo
Lalo -
Anónimo -
Leto -
voy a hurgar en tus archivos a ver si hay algo de esa buena poesía que hace mucho leí...
besos
Santiago -
Ella y su orgía -
Besos bacanalescos.
mari -
naaaaaaaaaaaaaaaaa